Un final digno de Hollywood
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Cómo no imaginar asociado al cine, el dramático final de un Gene Hackman, desorientado, flotando en el Alzheimer en los salones de la mansión de los suburbios de Santa Fe, Nuevo México, donde el huraño personaje se había refugiado para escapar de la fama; errabundo como el magnate de Xanadú. Siete días de absoluta soledad, sin enterarse de que Betsy Arakawa, su esposa-enfermera japonesa, treinta años más joven, yacía muerta en alguna de las habitaciones por una extraña infección viral. C on Betsy Arakawa, su esposa en tiempos más risueños Foto: Ralph Dominguez/MediaPunch/IPX, via AP Tenía 95 años, suficientes para reclamar el boleto a la eternidad, pero esa larga etapa de confusión y desasosiego debió, sin dudas, acelerar la falla cardíaca que le causó la muerte, sin que la ruina mental le permitiera evocar algunos de los papeles más notables de su filmografía. De 85 películas en más de cuatro décadas. Muchas de ellas de mero trámite alimenticio, pero tambié...